Mucho se está hablando por estos días de la nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD, del nombre original en inglés Energy Performance of Buildings Directive).  El texto fue aprobado en marzo por el Parlamento Europeo. Se pone el foco en las medidas para reducir las facturas de consumo de energía.

En esta entrada del blog nos acercamos a esta normativa que previamente había recibido el visto bueno del Consejo de Europa.

¿Qué objetivos tiene esta Directiva de eficiencia energética?

La reciente modificación de la normativa legal relativa a la eficiencia energética de los edificios en Europa tiene por objetivo reducir al máximo las emisiones de gases de efecto invernadero. Asimismo se busca disminuir el consumo de energía en el sector de la construcción en todos los países de la Unión Europea de aquí a 2030. La idea es hacerlo climáticamente neutro a partir de 2050.

Otro de los propósitos que persigue el nuevo documento es renovar los edificios menos eficientes y mejorar el intercambio de información sobre el rendimiento energético.

Edificios climáticamente neutros

Los edificios climáticamente neutros se han convertido en una tendencia al alza en el sector de la construcción. El diseño de estos edificios está pensado para minimizar su impacto en el medio ambiente. A ello se llega reduciendo al máximo las emisiones de carbono y utilizando fuentes de energía renovable.

Según la Directiva de Eficiencia Energética aprobada en marzo, todos los edificios nuevos deberán ser climáticamente neutros a partir de 2030. El texto da aún menos tiempo para ello en el caso de los edificios nuevos ocupados por las corporaciones públicas o que sean de su propiedad. Deberán alcanzar este objetivo ya en 2028.

Los Estados miembros de la UE podrán tener en cuenta el potencial de calentamiento global (PCG) a lo largo del ciclo de vida del edificio. Esto incluye la producción y eliminación de los productos utilizados para construirlo.

En el caso de los edificios residenciales, los 27 países comunitarios tendrán que adoptar medidas que garanticen una reducción en el promedio de energía primaria utilizada de al menos un 16 % para 2030. Un lustro más tarde ese porcentaje aumentará y será como mínimo entre un 20 y un 22 %.

De acuerdo con esta nueva directiva, los países estarán obligados a la renovación del 16 % de los edificios no residenciales menos eficientes para 2030. Tres años después, el porcentaje de modernización se elevará al 26 .

Si fuera técnica y económicamente adecuado, los Estados miembros tendrán que implementar instalaciones solares de forma paulatina en edificios públicos y no residenciales. Esas actuaciones dependerán de su tamaño. En el caso de los edificios residenciales nuevos de aquí a 2030, esa obligatoriedad los abarcará a todos.

Los combustibles fósiles en el foco de atención

Los recursos naturales formados a partir de restos orgánicos de plantas y animales que se han descompuesto durante millones de años son conocidos como combustibles fósiles. Los más importantes son el petróleo, el gas natural y el carbón.

Estos recursos son utilizados como fuente de energía en la industria, el transporte y la generación de electricidad. Sin embargo y como ya es ampliamente conocido a tenor de las investigaciones científicas, su uso excesivo ha contribuido al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno y vapor de agua, entre otros) y al cambio climático.

Eliminación progresiva de las calderas de combustibles fósiles

La nueva Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios establece que los Estados miembros deben adoptar medidas para descarbonizar los sistemas de calefacción. La idea es eliminar gradualmente los combustibles fósiles en la calefacción y la refrigeración. De cara a los próximos años, se ponen como tarea eliminar por completo las calderas de combustibles fósiles para 2040.

En ese sentido, a partir de 2025 se prohibirá subvencionar las calderas independientes de combustibles fósiles. Los incentivos financieros seguirán siendo aceptables para los sistemas híbridos de calefacción que utilicen una cuota significativa de renovables. También se beneficiarán los que combinan una caldera con una bomba de calor o una instalación solar térmica.

Como en casi todas las reglas hay excepciones

El texto aprobado en marzo por la Eurocámara aclara que los edificios agrícolas y los que formen parte del patrimonio cultural e histórico pueden excluirse de esta nueva normativa.

Los países de la UE podrán decidir no establecer o no aplicar sus requisitos a los edificios protegidos debido a su valor arquitectónico o histórico especial, a las construcciones provisionales y a los edificios utilizados como lugares de culto y para actividades religiosas.

Legislación española

Como es habitual, las normativas europeas deben quedar asentadas en la legislación de cada uno de los Estados miembro.

En España el texto tendrá que ser formalmente aprobado por el Consejo de Ministros para convertirse en ley.